A Matta
Caminas adentro de ti mismo y el tenue reflejo serpeante que te conduce no es la última mirada de tus ojos al cerrarse ni es el sol tímido golpeando tus párpados: es un arroyo secreto, no de agua sino de latidos: llamadas, respuestas, llamadas, hilo de claridades entre las altas yerbas y las bestias agazapadas de la conciencia a obscuras. Sigues el rumor de tu sangre por el país desconocido que inventan tus ojos y subes por una escalera de vidrio y agua hasta una terraza. Hecha de la misma materia impalpable de los ecos y los tintineos, la terraza, suspendida en el aire, es un cuadrilátero de luz, un ring magnético que se enrolla en sí mismo, se levanta, anda y se planta en el circo del ojo, géiser lunar, tallo de vapor, follaje de chispas, gran árbol que se enciende y apaga y enciende: estás en el interior de los reflejos, estás en la casa de la mirada, has cerrado los ojos y entras y sales de ti mismo a ti mismo por un puente de latidos: EL CORAZÓN ES UN OJO.
extracto "La Casa de la Mirada" - Octavio Paz
..."El corazón es un ojo"... un ojo que puede mirar, mirar-te, mirar-nos, un ojo que descubre esa mirada que fluye a través de ti, al que no puedes mentir, aunque trates... te delata.
Un ojo que da la posibilidad de escuchar y ELEGIR si VIVES o sobrevives, elegir si te conectas a VIVIR INTENSAMENTE para lograr tu felicidad, la felicidad de sentirnos Vivos de poder Compartir, de Crear, de Amar, de Volver a Comenzar cada día creyendo que un mundo mejor es posible.
Que nuestra tarea diaria sea Confiar y Crear nuestro propio mundo a través de nuestro ojo, de esa mirada intensa, en sintonia con el otro, asi como expresaban los mayas tan claramente en su concepto de unidad en un saludo diario "IN LAK'ECH" que significa "Yo soy otro tú", al que contestaban "HALA KEN", que significa "Tu eres otro yo".