Que vengan finalmente las altas alegrías,
Las ardientes auroras, las noches calmas,
Que venga la paz deseada, la armonía,
Y el rescate del fruto, y la flor de las almas.
Que venga, amor mío, porque estos días
Son de muerte cansada,
De rabias y agonías
Y nada.
josé saramago
"probablemente alegria"